Caminé por el puerto disfrutando de la
brisa nocturna, los barcos a un lado y los locales al otro. Un poco antes de
llegar a los tenderetes vi que había un local muy ambientado y algunas parejas
miraban desde la entrada hacia el interior.
Me acerqué a ver que miraban y vi que el
local estaba a tope. En el fondo había un pequeño escenario iluminado con unos
focos y del techo descendió una barra de acero. Ya me vi venir de qué iba
aquello. Entré un poco en el local y me apoyé con la espalda en la pared junto
a la puerta. Al momento una chica despampanante salió vestida de tigresa y se
puso a bailar en torno a la barra. Llevaba la cara muy bien maquillada y
bailaba de forma sensual. Tenía un culo
espectacular, tanto que pensé que no era posible ver dos culos iguales el mismo
día, así que me fijé mejor en la cara y efectivamente era la chica de la playa.
Así estaba cuando alguien me toco en el
hombro. Me giré y allí estaba él.
Andrés: Toma,
te he visto y te he traído un poco de sangría. Bebe, está muy rica, la he hecho
yo.
Tome la copa y le di las gracias fingiendo
normalidad pero con el corazón desbocado.
Andrés: Tiene
un cuerpo espectacular esta chica. No tienen otra cosa que hacer que ir al
gimnasio y divertirse.
Lara: Bueno,
están en la edad de disfrutar.
Andrés: Por
suerte nosotros también. Me dijo con una sonrisa. Eso es algo que no hay qué dejar de hacer. La vida está llena de oportunidades.
Lara: No
sé… yo creo que cuando te casas se acaba todo.
Andrés. No
tiene por qué. Las barreras nos las construimos nosotros.
Los dos bebimos sin dejar de mirar a la
chica.
Andrés: ¿Dónde
está tu marido?
Lara: Se
fue a acostar.
Andrés: Lo
ves. Él ha hecho lo que quiere. Deberías hacer lo mismo.
Lara: Eso
hago. Contesté haciéndome la independiente.
Lara:
Y como es que la sangría la has hecho tú.
Andrés: El
local es de un amigo y le he hecho el favor. Los viernes es cuando más gente
viene porque es cuando hay stripteases. ¿Te gustaría ver los camerinos? Hay un
ambiente increíble.
Lara: Vale.
Andrés me cogió de la mano antes de que
pudiera reaccionar y me llevó entre el público hacia el final de la sala donde
había unas cortinas. Pasamos a la parte de atrás a un oscuro pasillo en el que
solo había la luz que salía de los camerinos. Entramos en uno de ellos y había
dos chicas totalmente desnudas poniéndose una loción brillante por el cuerpo.
Una de ellas era la rubia de la playa y la otra era una chica latina de curvas
de infarto que nada más verlo se acercó a él para besarlo.
Latina: Ay
papi, cuánto tiempo sin verte. Pero que malo eres, para una vez que vienes te
traes a una de tus noviesitas.
Andrés. Hola
Rosarito. Que guapa estás. No, Lara es solo una amiga que vino a ver los
camerinos.
Latina: Sí,
sí, una amiga, como todas sinvergüenza. Pero vamos, si no la quieres me la
quedo yo. Dijo echándome una miradita de arriba abajo.
Mientras yo sonreía como una tonta sin
saber que decir y pensando… Si Fernando y mi madre me vieran ahora se morían de
un infarto.
Entonces la rubia se acercó a Rosarito por
detrás la abrazó y le cogió los pezones.
Rubía: Oye
tú, que rápido me pones los cuernos.
Latina: No
te enceles mi amor es solo para jugar. En cinco minutos vas a ver cuánto te
quiero.
Me guiñó un ojo y siguió arreglándose para
el siguiente número.
Andrés: Nos
vamos para afuera que ya os queda poco para salir.
Salimos de nuevo al local y estuvimos
viendo el número que hicieron. Tal como imaginé, un lésbico bastante caliente.
Lara: Esta
tarde no me pareció que tu amiga fuera lesbiana.
Andrés: ¿Elisa?, ¿lesbiana?. No les hagas caso,
ninguna de las dos es lesbianas. Solo querían hacerse las interesantes contigo.
Lara: Ah
sí!
Andrés: Son
buenas amigas y de vez en cuando se lo montan entre ellas o con alguno pero te
aseguro que no son lesbianas. Estas chicas de ahora han aprendido a disfrutar
de todo. Y es normal. Ya has visto los cuerpos que tienen.
Ufff,
joder! que gente tan liberal . Pensé.
Ya estábamos con una nueva copa de sangría
cuando la chica del culo impresionante ya desmaquillada y con una sensual bata
se acercó a nosotros.
Tigresa:
Andrés. Me ha dicho Elisa que
cuando terminemos todas nos vas a llevar a una calita para que nos bañemos a la
luz de la luna.
Andrés: Bueno,
sí queréis.
La chica me miró y me pregunto.
Como una tonta hice un gesto como de mirar
la hora aunque no llevaba reloj y después torpemente busqué mi móvil en el
bolso.
Lara: Uy,
me encantaría pero tengo que irme. Se me ha ido el santo al cielo y es
tardísimo. Otro día quizás.
Andrés: Hoy
hay luna llena y una temperatura estupenda. Noches así no hay muchas.
La chica también insistió y yo quería ir
pero eran ya las tres de la madrugada y si Fernando me esperaba despierto
podría asustarse. Aunque la verdad es
que debía estar dormido porque a estas horas ya me habría llamado.
Lara: Ya
pero es que no tengo bikini ni nada.
Entonces la chica sonriendo se abrió la
bata y me mostró que iba desnuda.
Tigresa: Tranquila, no nos verá nadie.
Miré a Andrés que estaba sonriendo y pensé…
ahora o nunca.
Lara: Bueno,
está bien. Iré con vosotras.
La chica lo celebró como si fuéramos amigas
de toda la vida y me dio un beso.
Cuando terminó el espectáculo las tres
chicas, Andrés y yo salimos del local camino del aparcamiento.
Yo caminaba confundida, nerviosa y excitada
por aquella emocionante situación. Una pequeña locura que deseaba vivir para
salir de una rutina que por momentos me parecía más aburrida y monótona.
En solo 15 minutos llegamos a la playa
prevista. Una pequeña cala que parecía sacada de una película. Una gran luna
llena dominaba el horizonte y dibujaba una preciosa estela sobre la superficie
del mar que estaba tranquilo. Solo el rumor de unas pequeñas olas rompía el
silencio de la noche.
Las chicas nada más saltar del coche se
quitaron lo poco que llevaban y salieron corriendo hacia la orilla. Yo me quedé
un poco cortada ante la necesidad de desnudarme delante de Andrés y él, que
estaba al otro lado del coche, me lo puso un poco más fácil. Se quitó el
bañador y justo antes de salir también corriendo me dijo… Vamos, no te lo pienses.
Me quité el vestido y la ropa interior y
corrí hasta el agua donde ya estaban todos.
El agua estaba estupenda y la sensación
indescriptible. No era la primera vez que me bañaba desnuda pero estar allí de
aquella forma clandestina me hacía sentir libre.
Estuvimos un rato disfrutando del baño en
una especie de pequeño corro hasta que la chica latina se abrazó a Elisa y le
susurró algo al oído. La rubia se giró y se fundieron en un beso.
Me quedé embobada viendo como enroscaban
sus lenguas sin importarles nuestra presencia.
Cuando quise darme cuenta tenía a la chica
del culo pegada a mí.
Tigresa: Estas dos siempre igual. Rosarito es una calentona de cuidado.
Por cierto, yo soy Sara. ¿Tú cómo
te llamas?.
Lara:
Yo me llamo Lara.
Sara: ¡Uy!,
nos llamamos casi igual. Podríamos formar un dúo artístico, Sara y Lara, ja,
ja…
Lara: Que
más quisiera yo. Ya soy mayorcita para eso y no tengo ese culo espectacular.
Sara: ¿Te
gusta mi culo?
Uff, me lo preguntó en un tono inquietante pero
no quise amedrentarme.
Lara: ¿Y
a quien no?, es el mejor culo que he visto.
Sara: Gracias,
eres un sol. ¡Ven!, mira, tócalo, es todo natural.
Me agarró la mano y la llevó a su culo
desnudo. Tenía la piel muy suave y aquel culo respingón flotando bajo el agua
aun era más increíble.
Sin darme cuenta le estaba sobando el culo
pero es que la sensación era sorprendentemente agradable.
De pronto se cogió a mi cuello y se me
enroscó en la cintura con las piernas.
Tigresa: Así lo puedes tocar con las dos manos. Cógemelo.
Tragué saliva y me agarré a su culo con las
dos manos. Ella mantenía su cara a escasos centímetros de la mía.
Sara: ¿Sabes
una cosa? Me preguntó.
Lara: ¿Qué?
Respondí casi sin voz.
Sara: Me
encanta que me lo toques.
Yo no le contesté, me limité a quedarme
mirándola a los ojos temblando por la excitación.
Acercó su boca a la mía y me dio un tierno
beso. Luego volvió a mirarme a los ojos y regreso a mi boca pero esta vez para
darme un morreo.
Sus labios eran carnosos y su boca me
pareció tremendamente jugosa y fresca.
Me dejó respirar un poco y me preguntó.
Sara: ¿Es
tu primer beso a una chica?
Lara: Sí.
Sara: ¿Y
te ha gustado?
Lara: Mucho.
Sara: Entonces
tendré que darte más porque a mi también me ha gustado.
Me sonrió y volvió a besarme. Ahora era
ella la que puso los pies en el suelo y me agarró por detrás de los muslos para
que la abrazara con mis piernas.
Nuestros cuerpos estaban pegados rozándose
el uno con el otro.
Por un momento aquella chica había
conseguido que me olvidara totalmente de Andrés, hasta que me susurró en el
odio.
Sara: Mira
esos.
Me giré y lo que vi me dejó de piedra.
Andrés estaba sentado en la orilla con sus piernas extendidas y Elisa y
Rosarito estaban echadas cada una a un lado turnándose para comerle la polla.
Sara me giró y me abrazó desde atrás para
que las dos pudiéramos ver.
Sara: ¿Te
gusta Andrés verdad?
Lara: Sí,
respondí casi sin pensar.
Sentí entonces que la mano de Sara se
deslizaba entre mis glúteos abarcando la nalga y presionando mi culito con la
punta de los dedos.
Sara: A
mí también me gusta. Es muy interesante y esas dos guarrillas me han dicho que
folla muy bien. Le llaman el lobo.
Lara: ¿El
lobo?
Sara: Sí.
Es como un lobo alfa que se folla a todas las lobas que vienen por aquí.
Llevo entonces la otra mano a mi coño por
delante y comenzó a jugar con él.
Sus caricias y su voz susurrante me estaban
poniendo a mil.
Elisa, la chica rubia se incorporó y obligó
a Andrés a tumbarse para montarse sobre él. Llevó su mano atrás y le cogió la
polla para metérsela en el coño.
Sara:
Mira, Elisa va a ser la primera en
follárselo.
Lara: Sí,
ya veo.
Sara: ¿Te gustaría follártelo?
Lara: Sí.
Sara comenzó a penetrarme con los dedos
desde atrás sin dejar de frotarme por delante.
Sara: ¿Te
gustaría que nos lo folláramos entre las dos?
Me volví hacia ella y mirándole a los ojos
le confesé mis deseos.
Lara: Sí,
me encantaría. Me encantaría follármelo contigo.
Me apreté los pezones y sentí que me corría
cuando ella metió de nuevo su lengua en mi boca.
Sara: Mira,
mira como se lo folla esa puta.
Lara: Sara
me voy a correr. No pares de hacer eso.
Sara: Claro
que no cariño... Te estoy follando yo pero te dejo que pienses en su polla...
¿Estás pensando en su polla?
Lara: Sí,
estoy pensando en su polla y me voy a correr…
Sara: Sí,
así, córrete, córrete follándotelo…
Lara . Sí,
sí, me lo follo, me lo follo y me corro.
Uhmmg, sí, sí, así, me corro, me corroo….
Tras el orgasmo más intenso que jamás había
tenido y con la vista casi nublada comencé a recuperar aire flotando sujeta tan
solo por el maternal abrazo de aquella chica que acababa de conocer.
Cuando ya pude incorporarme y apoyar los
pies en el fondo me giré hacia Sara. La abracé ya le di un beso lleno de
agradecimiento.
Lara: Y
ahora ¿tu? ¿qué?.
Sara: Pues
ahora me debes un polvo. Pero no te preocupes prefiero cobrármelo otro día.
Además con la que le están dando a Andrés no creo que vaya a durar mucho.
Ahora era Rosarito la que agitaba su culo
montada sobre Andrés mientras besaba a Elisa que estaba frente a ella
asfixiando a Andrés con otra cabalgada sobre su cara.
Nos volvimos a besar y nos quedamos
abrazadas como dos enamoradas mientras veíamos culminar la faena de Andrés con
sus amigas.
Cuando terminaron, descansaron unos minutos
y regresaron al agua para refrescarse.
Andrés dio por finalizada la excursión.
Andrés: Bueno, va siendo hora de regresar
al puerto.
Me miró y me preguntó.
Andrés: Qué?
Lara, ¿ha merecido la pena?
Lara: Desde
luego. Lo he pasado genial.
Andrés:
Pues ya sabes.
No hablamos más, nos vestimos y Sara me
llevó hasta el coche cogida de la mano. Ahora yo era una más.
Al llegar a casa tuve que pasar por la
piscina para darme una ducha de agua dulce antes de subir y por suerte fui capaz
de acostarme sin que mi marido lo notase pero, a pesar de que ya no quedaban
muchas horas de sueño… ¿Quién se dormía después de una noche tan excitante?
Continuará...
Continuará...
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